Josep Francés Anaya: octubre 2010

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Galería de Arte MAR (Grupo Escolá), Barcelona.Del 5 al 18 de octubre de 2010.11 de Octubre de 2010.El valenciano Josep Francés Anaya nació en Alcira hace medio siglo, y desde siempre fue un polifacético del arte, amante de practicar en cursos que no cesan, interiorista, amante de la arquitectura, acuarelista, restaurador, amante de la pintura rápida, estuvo varios años exponiendo por España y Francia, para luego calmar sus afanes y decidirse a trabajar en su estudio, presentarse a cuantos concursos llegaban a sus oídos, y lo que es mejor, a ganar muchos de ellos.
Ahora se presenta en la galería Mar, de Barcelona, dentro de los artistas del Grup Escolá, donde podrán verse sus obras más recientes entre los días 5 al 18 del mes de octubre. En el año 2008 ha obtenido primeros premios en el concurso Bert, de Hamburgo, y en el “Chelsea International”, de Gran Bretaña. Más reciente todavía, en el actual 2010, el Premio de pintura “Ciutat de Benicarló”, por su espectacular trabajo “Desde la torre”.
Es un amante de la geometría, y también es un constante admirador de puertos y buques, de las obras marcadas por la ingeniería naval, y es partidario de dar a estas obras un gran tamaño y un denso colorido. Le gusta recorrer el mundo, visitar grandes ciudades e inmortalizarlas a través de sus lienzos, llenos siempre de ambiente cosmopolita.
Pero no se conforma con los exteriores y los temas más o menos geométrico, sino que últimamente quiere también ser estudioso del cuerpo humano, sobre todo del cuerpo femenino, del desnudo. Estudia los cuerpos dentro de un espacio amplio, generosamente amplio, como generosa es también su visión, con un punto de vista personalísimo, que nada tiene que ver con la abstracción, pero sin ser tampoco cuerpos de visión realista.,
Se ha dicho de su pintura que, al menos en los últimos años, se ha convertido en constructivista, transportando su manera de concebir el paisaje urbano e Industrial, que el admira desde su primigenia manera de ver los interiores, con detalles que no escapan, y con la posibilidad innata de transmitirles líneas rectas, dibujos que parecen inacabados, cuadros de colores irreales, transparencias y una especie de cubismo muy particular.
Un pintor todavía joven, pero que ha sido capaz de cambiar plenamente su forma de ver las cosas, el mundo, sobre todo el urbano, puede seguir dándonos sorpresas en el próximo futuro. Para nosotros, que reconocemos no haberlo conocido hasta ahora, la primera sorpresa se ha producido. Y de manera agradable.
PEDRO J. ORTEGA
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