Josep Francés Anaya: noviembre 2009

*FRANCÉS, JOSEP
(Manolo F.) El “hijo” rebelde de Antonio López, en una conjunción perfecta de planificación e inspiración arquitectónica, técnica rompedora, instantánea, de la visión de lo aparente… Puede llevar 20 años de pinceles, y tan sólo desde hace tres -tres increíbles años- arrasa por las convocatorias españolas de mayor prestigio, e internacionales, como la Bienal de las Bellas Artes de Chelsea en Nueva York, la Maziart Galerie de Hamburgo, o la Bienal de Venecia donde muy pronto... Y es justo al otro lado del extenso Pirineo donde entusiasma, como ya lo hacen todos los nuevos magister del romanticismo urbano español…
En su web “Médicis” (evocador y definitorio título), compartida, como su segundo Estudio, con una “rabiosa”, joven y tremenda retratista, “engagé” del trazado anatómico y la desnudez femenina, Anne Goyer de Avignon, la de la villa Papal y el nuevo corazón de la Comedie francesa (teatro a rabiar), en el que Anne milita… Ahí, en esa “vida desconocida” de Josep, se desvela su pasión abocada, a pesar de las intensas raíces por gran parte de los Certámenes españoles, a una inclinación inevitable: Francia… En Francia nació quien hoy se abandera de alsireño (Alzira-Valencia), tras media vida entregado a los monumentos de la Ribera Alta del Júcar, la capital de las decenas de variedades que poseen las naranjas de mayor exquisitez. Pero ni es naranja el color de la pasión de Josep, ni su apellido se relaciona con ancestros de sagas pictóricas (la impulsora de El Paso) valencianas…
La mente y las manos de esta regla, compás, ojo de cuchilla arquitectónica, plano de ejecución constructivista-íntimo (en exteriores), de trazado de impecable renacimiento de “los últimos días”; herencia, pues, academicista (Leonardo, eclepticismo romano), fruto de una mirada satinada en el post-Realismo, parcelada, deconstruida, trazada en singulares “reservas” de luminosidad, perspectiva impoluta, compartimentada de manera esquemática en sensaciones minimalistas… Y todo ello en quien acostumbró a rescatar paneles de oro, artesonados y bóvedas barrocas (religiosas, teatrales), incluso rococós… Así pues, tenemos a un manierista que cayó de su galope en una brusca y revolucionaria transformación. De matices inesperados, a la par que inconfundibles: Líneas como inconclusas, espacios perdidos, y de repente… la perfección; luego el impresionismo, la luz… Y, en la distancia, un estallido de fachadas azules que ahondan la visión cenital, contrapicada, de las Metrópolis; o la belleza simpar de las “horribles” acequias, medianerías, catenarias…
¡Lo Mejor que ha pasado por USA en 2009, pincel en mano!, el “Vip” repentino que aún no le ha dejado respirar a la crítica para percatarse de su revelación… Pateándose los eventos “al aire libre”, y el “trazo rápido” (Cifuentes, Abarán, Puerto Lumbreras…; Murcia, Alicante, la Mancha, la Alcarria, Getafe, Teruel, Torremolinos, Badajoz…), quizá sí los Jurados, pero ni el gran público ni los “Comités de sabios y publicaciones” aún han deparado en este ardid premonitorio de futurismos y colores desconocidos. Su serie “Ciudades” es de una irrealidad simpar, como lo empiezan a ser sus prontos venideros de “maniquiés” anatómicos, simbolistas, en los que ansía horadar. Su alma de barraquero de “Isla” ha explosionado en una furia atmosférica, cosmopolita, fetichista; en un latigazo trans-pop, que ni desdeña de la fidelidad ni de la atracción, por ejemplo, por la muchedumbre…
-Doblemente Nominado a Logo de Mes en Noviembre 09 por su “NY34” (Nueva York desde el Empire; seleccionada Finalista en Premio Pintura BMW 09, el más “potente”, y de entre 600 obras presentadas, y que girará en expo colectiva a lo largo de 2010 por toda España), y por “Valencia con Torre de Francia” (Premio en Fuente Álamo- Murcia)…
-Y llega, en estas, don Javier Ruiz, desde El Cairo (actual Dir. del Instituto Cervantes en Egipto)… y, como Administrador del grupo “Pinta, mi amor, no pares”, le espeta… “Propongo la contemplación de un cuadro que contiene una trampa sobre la percepción de los estilos del paisaje postrealista. El fondo, el horizonte, se ofrece como un discurso antiguo que juega con la bruma tan propia del paisaje postrenacentista, ahora más cercana al expresionismo, a los paisajistas constantes del siglo XX, un guiño a los estilos antiguos, al paisaje constante. Desfilan los estilos por el cuadro de atrás hacia adelante, con momentos que no se deciden a ser cubistas, y que recuerdan a los viejos maestros castellanos que ama tanto Javier Villán. En cuanto al punto de vista, es deudor de Realismo Relativo de los primeros setenta y de los españoles más famosos de la segunda mitad del siglo XX y que no voy a citar por abundantes. Pero el autor cierra el cuadro "en construcción". Lo cierra y lo abre al mismo tiempo, porque lo primero que se ve es ese juego de perspectiva escolar. Que se resuelve en una obra que no se ha terminado de pintar porque está a medias, porque está haciéndose. No porque la ciudad haya cambiado como ocurre a otros pintores, o la luz. De manera que este cuadro es una trampa, se mire por donde se mire, pero eso y no otra cosa es también el arte, una trampa, un engaño, un simulacro, y un oficio, y un objeto de hielo que se construye con paciencia y por acumulación. Y así merece ser destacada y contemplada y leída, interpretada y reflexionada. Según mi parecer”.
-(Cont.) Y es que Josep ejecuta la acción creativa a la inversa, como si volviera al proyecto incial de un entorno, su paisanaje, esa entraña que sólo un enorme arquitecto domina… Como si Dios nos mostrara, visionario él, la obra humana por venir, sobre la suya propia en el origen…

-Y es que Josep ejecuta la acción creativa a la inversa, como si volviera al proyecto inicial de un entorno, de su paisanaje, cualidad/entraña que sólo un enorme arquitecto domina… Como si Dios nos mostrara, visionario él, la obra humana por venir, la realizada sobre la suya propia en el origen…

En este texto, la reseña de Manolo Ferreras ,periodista de RNE
y de Javier Ruiz ,Director del Instituto Cervantes de el Cairo ,Egipto.